martes, 23 de julio de 2013

EJERCICIO PARA LIBERAR EL MIEDO

El miedo es una de las emociones más útiles e inútiles a la vez. El miedo es lo que hace que no cruces la carretera cuando vienen coches y por tanto te puedan atropellar. Es lo que hace que cuando una comida te huele “raro” decidas tirarla, “por si las moscas”. En ese sentido el miedo es útil y nos ayuda a sobrevivir, a ser conscientes de los peligros y a evitarlos, porque el miedo es parte de un perfecto sistema para garantizar nuestra seguridad, el pero viene cuando el miedo no es real, sino que es nuestra imaginación diciéndonos lo que podría pasar… de nuevo.
Distinto es cuando el miedo surge de pensamientos limitantes, experiencias negativas (tuve una pareja una vez, me hizo daño: si tengo pareja otra vez me volverá a hacer daño), o miedos de otros que hacemos propios o que hemos asimilado cuando éramos niños y a los que seguimos aferrándonos como si aún lo fuéramos.
Cuando el miedo no nos deja hacer algo que nos gustaría hacer, que creemos que seríamos más felices si lo hiciéramos, y nos mantiene estancados año tras año, sin hacer lo que realmente queremos, ese miedo no nos sirve. Por eso lo mejor es que te deshagas de él. O no. Puedes elegir si prefieres seguir con él o soltarlo. Y cualquier decisión que tomes está bien.

Si ahora no “caes” en algo que te produzca miedo, piensa en algo que te gustaría hacer y no haces: pintar, hacer surf, ir al cine solo, decirle a alguien que le quieres, cualquier cosa vale.
Ahora coge papel y lápiz, para que quede constancia por escrito y para que no se te escape nada. Imagina que vas a hacer lo que te gustaría hacer y no haces, o algo que te produzca miedo. A continuación escribe todas las sensaciones, imágenes y sonidos, excusas y peros que se te ocurran. Concédete un tiempo para esta tarea, dos minutos está bien, pero si necesitas más puedes concederte otros dos minutos y recuerda, no te enrolles, nada de “sí pero es que qué va a decir mi madre...”, en su lugar escribes : “qué va a decir mi madre”, y a por el siguiente. No debatas contigo mismo acerca de la conveniencia o no de lo que se te ocurre, estamos hablando de lo que sientes, así que sé escueto con lo que escribes.
Sí, ahora lo que toca es descargar o soltar lo que hay en la lista, no te preocupes si estás mal de tiempo vete de uno en uno sobre lo que has escrito, y como está escrito puedes volver sobre la lista en cualquier otro momento.
Ve a lo primero que hayas escrito y permítete sentirlo, hasta que te encuentres cómodo con esa sensación, imagen, etc. Sólo permítete abrirte a las sensaciones que se produce. Y ahora fíjate, ¿acaso se ha abierto el suelo bajo tus pies y un dragón te ha comido? ¿Te has muerto?¿Qué ha pasado? ¿Nada? Pues sí, cuando sientes algo que no te gusta mucho, tenemos la impresión de que si lo sentimos va a pasar algo malo, pero si lo dejamos estar ahí, sin resistirnos, normalmente se disuelve o evapora sólo, o simplemente se convierte en un concepto más sin carga emocional, ni negativa ni positiva. Si no has llegado a ese estado  sigue sintiéndolo, abriéndote a lo que  sientes, y permitiéndote soltar, hasta que sólo tengas sensación de paz y de tranquilidad. A continuación sigue con la lista, hasta que hayas acabado con todo lo que hayas escrito en la ella.

Se trata de llegar a un lugar en el que cuando pienses en ese tema sólo te produzca paz y tranquilidad. Si no es así: Párate, siente y escribe qué se te ha quedado atrás en la primera lista. Y vuelve a empezar.
El proceso es sencillo, pero no dejes que su sencillez te haga dudar de su efectividad, no quiero tampoco que lo creas a pies juntillas, sólo hazlo y comprueba si funciona o no. Al fin y al cabo si alguien te dijera cómo llega la luz a tu casa, donde se genera, por donde pasa, etc., seguro que no creerías que algo tan sencillo como apretar un interruptor iba a proporcionarte luz en el salón de tu casa, pero lo haces ¿no?
La finalidad de este proceso no es conseguir que hagas aquello que  no haces y te gustaría hacer. De lo que se trata es de liberarse de las autolimitaciones, creencias y pensamientos,  de los miedos a qué pasará, a qué dirán, etc. que puedan estar haciendo que no hagas algo que quieres y que te puede hacer feliz. Si cuando terminas el proceso te das cuenta de que en realidad no te apetece hacer lo que antes no hacías por miedo (créeme pasa muchas veces) o que no te quieres gastar el dinero que te cuesta, o cualquier otra cosa, está bien, objetivo conseguido, porque estás eligiendo desde la razón y la lógica, no desde el miedo.
Espero que os sirva
Vane

Fuente: elmetodosedona.blogspot.com.es

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